martes, 21 de septiembre de 2010

Corazoncito

¿Conseguiría la motivación necesaria para levantarme? Estaba queriendo intentar acertar que hora sería, había llegado antes de que el sol asomara en el cielo negro de aquella madrugada en la ciudad. ¿Valdría la pena levantarse? Abría vagamente los ojos y miraba los pliegues de la frazada mientras saboreaba instintivamente con la lengua acartonada de tanta sed. "¿Por qué habré abierto la boca? ¿Por qué no puedo salir de este circulo de pensamientos?" Alcanzaba a ver un pedazo de papel colgado, no podía leerlo pero recordaba pequeños versos que le ponían los pelos de punta, que le llenaban la boca de dulzura, que le aceleraban rápidamente su corazón hasta sentirlo saltando tan fuerte en su pecho " se acarician, se besan, se desnudan, se respiran, se acuestan, se olfatean, se penetran, se chupan, se demudan ". El corazón saltó tan fuerte que lo destapó y lo puso de un salto de pié junto a la cama. Evidentemente todavía lo golpea con fuerza.
Quiere librarse un rato y creer en la suerte y en señales mágicas. Quería desconectarse de sí, librarse de esos impulsos que lo sacudían y lo llevaban a los tumbos. Pero hacía mucho que no lograba lo que quería. No podía parar de contradecirse. ¿Cómo va a querer salir sin acercarse a la puerta? ¿No sería que el había tomado la decisión de no irse? Quedó solo de pié junto a la cama preguntándose más y más. Nuevamente pensó en su corazón y también en su corazón.